dijous, 19 d’agost del 2010

X.x.Day: 46

Que te traten como una puta, como a Airrin no es muy saludable...120? pff ! Deverias aprender a tratar mejor a la gente, y no como a objetos que se pueden comprar para tu satisfación!

dimecres, 18 d’agost del 2010

X.x.Day: 45

Un dia de verano, bochornoso por la ausencia de sol, y el egoísmo de las nubes...me encontraba en la biblioteca pública de Andratx. Si, estaba en la biblioteca durante mis vacaciones de verano, en el pueblo de mi novio, teniendo 17 años. La ausencia de cultura en su casa, sinceramente no me cabía en la cabeza... ni un solo libro, tan solo pequeñas narraciones de las que les mandan a los niños de primaria para leer. Así, decidida, y sin pensarmelo dos veces, me dirigí a la biblioteca de este pequeño pueblo, aunque bastante turístico, minado de personas que dicen encontrar la felicidad malbaratando el dinero en figuras absurdas... Aquellas figuras denominadas recuerdos, que al final acaban en un pequeño prestache... llenos de polvo en una semioscuridad. Sinceramente, no me apetecía ir al mercado.

A mi lado, en otro ordenador, se hayaba un hombre mayor, de unos 60 años, mirando su correo electrónico. Su aspecto, me recordaba a Gandi. Llevaba en la cabeza un turbante violeta, de una tela fina y lijera, con unos pequeños simbolos en un tono rojizo, igual que las flores en primavera. Una barba grisacea, con las puntas blancas y bastante poblada...El hombre, llevaba una media melena, por lo que podía percibir, aunque no estaba del todo segura. Su tono de piel, moreno. De sus ojos, no puedo decir mucho, puesto que estaba situado a mi lado, y hubiese sido un tanto descarado haverle pedido que se girase...Eso si, llevaba unas lentes de un tono dorado, finas, antiguas y redondas. Su camisa era de un tono rojizo estropeado, y era como algo desgastada, bastante ancha, y le sentaba bien, i llevaba una especie de mandala maya en la parte delantera. Tenía una pulsera de cuentas color canela, le daba tres vueltas a la muñeca y se ataba, de nuevo con un hilo de color rojo. En el otro brazo, el derecho, llevava u par de pulseras, una bastante gruesa marronosa como de cuero, y una mas fina, de hilo mas clara. Unos tejanos, pitillo, desgastados, viejos, con un tono malva recubrian sus delgadas piernas. A pesar de su larga edad, sus manos, eran jovenes, con pocas arrugas, unos dedos, ni gruesos, ni delgados, y sus uñas, limpias, aunque un tanto descuidadas. Las sandalias que llevaba, eran de un tono marron claro, de piel, la parte que le cubren los dedos de los pies, tienen la tipica forma de sandalia mallorquina. Mientras que la parte trasera, le llegaba por medio talon, y se ataba al tobillo con una correa.

Un hombre, le saluda desde el pasillo que cruza la sala. Se llama Jose.